El Gobierno lanzará un decreto para abrir los medios de pagos para el uso del transporte público y darle más competencia a la tarjeta SUBE, permitiendo de esta manera poder pagar con una tarjeta de crédito o el celular.
La red SUBE ya lleva más de diez años de operación y nunca tuvo una gran actualización tecnológica por parte de Nación Servicios, lo que se evidencia en la actualización de los saldos negativos, el monto máximo que se le puede cargar a la tarjeta y el doble paso para validar una carga virtual.
En qué consistirá el decreto
El decreto que prepara para los próximos días el Poder Ejecutivo se centrará en un sistema abierto con dispositivos que estarán en los colectivos y estaciones que tendrá que aceptar todas las tarjetas, ya sea bancarias o de fintech; de crédito, débito o prepagas. Sin exclusividades de marca o empresas.
Al tener el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) varias empresas de transporte (más de 340 líneas de colectivos), se espera que haya más de una empresa que ofrezca los servicios de lectores de tarjetas y el procesamiento de los pagos.
En el proyecto intervienen la Secretaría de Transporte, de Comercio y el Banco Central con las distintas empresas del sector para llegar al texto final del decreto.
Ventajas de la medida que plantea el Gobierno
Actualmente la red SUBE (creada en 2009) se lleva el 7% de comisión de cada pasaje de colectivo, tren o subte, mientras que una tarjeta de débito paga 0,8% y una tarjeta de crédito 1,8%. Está claro que para los medios de pago es una opción mucho más conveniente
Desde el ejecutivo también argumentan que es difícil conseguir el plástico para hacer la tarjeta SUBE, hay gente que no consigue donde cargarla o acreditar la carga, y en caso de olvido o extravío, la persona no tiene forma de viajar.
Dudas sobre el decreto de abrir la red SUBE
A pesar de reconocer las ventajas que traería abrir el sistema y poder pagar el transporte con cualquier medio de pago, desde la oposición insisten en que la tarjeta SUBE es un sistema integral que contiene datos personales de cada usuario, y por lo tanto la dispersión de los medios de pago podría afectar a la privacidad de millones de personas.
Otra crítica es que la tarjeta de crédito paga a los proveedores a los 18 días, mientras que la red SUBE a las 24 horas, aunque reconocieron que debería haber una adecuación del Banco Central y de los emisores de tarjetas para abonar los costos y realizar las inversiones necesarias.
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