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El dólar no para de bajar: ¿Cómo me afecta?

La racha bajista del dólar en Uruguay parece no encontrar un fin. Aunque esto signifique una apreciación de la moneda nacional, también genera preocupación en el sector agroexportador. 

Antes del inicio de semana santa, la divisa estadounidense se posicionó en torno a 40,89 pesos uruguayos en promedio, representando un descenso del 1,93% respecto a la semana pasada; y, si comparamos con los valores de un año atrás, el descenso interanual llega a los 4,09%.

¿Qué está pasando con el dólar en el país?

Analizando las variaciones del último año, el dólar estadounidense ha llegado a cambiarse en un máximo de 44,73 pesos uruguayos en promedio, mientras que su nivel más bajo ha promediado los 40,52 pesos uruguayos. Como síntoma de esta tendencia a la baja, el dólar estadounidense se posiciona más cerca de su mínimo que de su máximo.

Aunque diversos analistas proyectaban un fortalecimiento del dólar por la suba de tasas de la Reserva Federal de los Estados Unidos (El aumento de tasas de la FED es un incentivo para que los inversores muevan capitales hacia EE. UU. en busca de mayor rentabilidad, lo que se traduce en una apreciación de la divisa norteamericana), la moneda ha caído en todo el cono sur, y Uruguay no ha quedado eximido de este fenómeno. 

¿Cuáles son las posibles causas de la baja de la divisa norteamericana?

A la hora de vislumbrar cuáles son las posibles causas de la caída del dólar en nuestro país podemos determinar que no es unicausal, sino una conjunción de distintos factores que combinados generan las condiciones perfectas para la depreciación de la divisa norteamericana. Entre las principales causas podemos encontrar:

  • La tendencia regional: como efecto de pandemia de coronavirus que azotó al mundo durante el 2020 y el 2021, la FED le dio rienda suelta a la impresión de dólares para comprar bonos (tanto en el sector privado como en el sector público), con el objetivo de mitigar los efectos de la pandemia, lo que inundó de dólares el mundo, bajando su demanda y generando la apreciación de las monedas locales como contrapunto. Tanto los reales brasileros, cómo así también los pesos chilenos o los soles peruanos, se apreciaron en comparación con el dólar, marcando un contexto regional de fortalecimiento de las monedas locales. En este apartado también se puede identificar la incipiente inflación que atraviesa la divisa estadounidense (llegando a su máximo en los últimos 40 años, con un 7% de inflación anual).
  • El fortalecimiento del Yuan chino: con China como principal aliado comercial de Uruguay durante el 2021 y sus consecuentes intercambios en yuanes en un intento por disputar la hegemonía global del dólar como moneda de referencia para lo que a intercambios de materias primas refiere.
  • El aumento del precio de las commodities y de las materias primas: tanto como efecto de la post pandemia, como así también de factores climáticos; y, en último tiempo potenciado por la guerra entre Ucrania y Rusia, los precios internacionales de las materias primas se vieron impulsados, resultando en aumentos promedio por ejemplo en la soja y el maíz en torno al 50% en el último año.

¿Cuáles son las consecuencias de la baja del dólar?

Ahora entonces, si bien la baja del dólar significa un fortalecimiento de la moneda nacional y una mayor valoración en dólares de los salarios (de hecho, el salario mínimo de Uruguay en dólares se posiciona como el más alto de la región), esta situación no deja de generar preocupaciones en distintos sectores, que miran con recelo esta baja sostenida del dólar, ya que complota contra la productividad y competitividad de diversas ramas de la economía. Las mismas son:

  • El sector exportador: este es, quizás, uno de los sectores que miran con mayor inquietud la baja del dólar, ya que al tener los insumos en moneda nacional y los ingresos en moneda extranjera, que se achique la brecha entre ambos, reduce la rentabilidad. Ya sea para el sector agroexportador, como la exportación de bienes manufacturados, esta reducción de la brecha entre costos e ingresos genera una especial preocupación.
  • El sector industrial nacional: este sector que es el que produce los bienes que consumimos todos los uruguayos, también se encuentra intranquilo ante la baja del dólar, ya que, al ser más barato los dólares (es decir, se necesitan menos pesos para adquirirlos) se presenta como un riesgo los bienes importados que compiten contra la producción nacional. Este ítem también genera preocupaciones en el Ministerio de Trabajo y Preocupación Nacional, ya que por la baja de la divisa, resulta más barato adquirir bienes extranjeros en detrimento de los nacionales, pero, no hay que olvidar, que los bienes nacionales se generan con inversiones, capacidad productiva y mano de obra nacional.
  • El sector hotelero: diversas fuentes del sector manifestaron su recelo ante la baja del dólar, ya que al ser una rama cuya actividad se encuentra dolarizada, tal como sucede en el sector exportador, reduce su rentabilidad.

Si bien un dólar fluctuante y a la baja, significa una moneda nacional fuerte y estable, no hay que perder de vista que en la economía, no hay blancos o negros, sino que es menester encontrar puntos medios en los que el contexto de inestabilidad global (por la pandemia, la guerra entre Rusia y Ucrania, los vaivenes del dólar y los precios de los commodities) no generen consecuencias negativas para las y los uruguayos. En ese sentido, el Banco Central de Uruguay, oyendo a los reclamos y preocupaciones de distintos sectores, y, tratando de mediar entre una moneda nacional fuerte y una industria competitiva, subió las tasas de interés la última semana, como manera de aligerar el impulso bajista de la divisa norteamericana. 

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