Si estás en pleno auge de ingresos, pero sientes que no es suficiente para todo lo que quieres hacer, esta es la regla que puede ordenar la forma de realizar tus gastos/ahorros y tu perspectiva sobre ellos.
Se llama la regla de oro
La regla de oro es un enfoque presupuestario que desglosa los gastos mensuales por diferentes pesos, ponderando qué parte de los ingresos se tiene que destinar a tu pasado, tu presente y tu futuro. Esta regla considera toda la vida de una persona.
Los gastos se pueden desglosar en este cronograma financiero de la siguiente manera:
- El pasado: pagar por cosas que compraste en el pasado (Deuda)
- El presente: financiar tu estilo de vida actual (Gastos corrientes)
- El futuro: acumular dinero para crear ingresos futuros (Inversión)
Pero para que todo esto se entiende mejor se necesita un ejemplo. Supongamos que una persona gana $12,300 al año, es decir, recibe mensualmente un salario de $1,025.
Ahora, si esa persona ahorra un 10% de ese sueldo para su jubilación y otro 10% para su tarjeta de crédito o alguna deuda pendiente, tendría el 80% restante de su sueldo para cubrir sus gastos cotidianos. Su ratio o regla de oro en este caso sería 10-80-10 y quedaría así:
10% a su pasado (que son sus deudas), 10% a su futuro (ahorrar o invertir para su jubilación) y 80% a gastos presentes, de hogar, vivienda, alimentos, etc.De esta manera, ya no estaría preocupado viendo en qué cosas específicas puede o no gastar.
Recordemos que una cantidad específica en dólares no es útil porque cada persona gana y gasta de diferente forma.
Beneficios de la regla para cambiar tus finanzas personales
La regla de oro puede ayudar a poner las finanzas de una persona en un cronograma y ajustar sus objetivos en función de las necesidades a corto, mediano y largo plazo que tenga. Una clave para hacer un presupuesto, es saber bien tu cronograma financiero:
Si tu pasado y tu futuro están en buena forma (deuda saludable y ahorro-inversión constante), entonces puedes saltarte todos los detalles y agonías y simplemente disfrutar de tu vida y tu dinero, gastar en tu presente sin culpa.
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