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Fraudes con tarjetas, el desafío digital de las empresas en México

Los fraudes con tarjetas de crédito son el tipo de robo más frecuente del mundo. Los esfuerzos de las emisoras y las empresas para evitar pérdidas en sus negocios. 

Solamente en 2022, los reclamos por transacciones fraudulentas en México totalizaron 72.193 casos, el 49% de ellas bancarias, según información de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef). 

Sumado a esto, el 22% de los compradores virtuales sufrieron algún tipo de fraude. De estos últimos, el 46% tuvo una pérdida financiera durante el 2022, de acuerdo a la Asociación de Internet (AIMX). Esto se da en un contexto de mayor cantidad de delitos cibernéticos en México, entre los que también se destacan el robo de identidad y de información. 

Lo que tienen en común la mayoría de los fraudes electrónicos es que obtienen información como: número de cuentas bancarias, número de tarjeta, fecha de vencimiento e identidad de la persona titular. Estos datos generalmente son clonados a través de virus que logran interceptarlos y redirigirlos a un servidor externo, sin que el dueño de esos datos o dueño del negocio se enteren. 

Cómo protegerse de los fraudes con tarjetas 

Los emisores de tarjetas han enfocado sus esfuerzos en lograr llevar a las compras virtuales el esquema de autenticación reforzada e impedir que los datos de las credenciales que obtiene un hacker puedan ser utilizados (CVV dinámico). 

La ventaja de las tarjetas virtuales que poseen códigos de seguridad dinámicos (CVV) es que pueden procesar cada transacción sin que los datos brindados puedan ser utilizados luego para realizar otra transacción que no estén autorizadas por el usuario o cliente. El código de seguridad dinámico está disponible durante unos minutos a partir de la solicitud del usuario para poder hacer compras de manera segura. Este cambia luego de un tiempo para que no pueda ser robado. 

Otra opción efectiva para la seguridad de los compradores son los motores de decisión y herramientas de monitoreo en tiempo real, administradas por equipos de especialistas en prevención de fraude. 

Otro de los métodos más relevantes y actuales para evitar el fraude con tarjetas es la “Seguridad 3D”. Es una herramienta de protección adicional que se activa al momento de realizar una compra en línea. El comprador es redirigido a una nueva ventana en donde se le solicita que confirme la compra con un código que se le envía por email. Es similar a una autenticación en dos pasos, ya que impide los accesos indebidos a aplicaciones o plataformas de pagos instaladas en tu móvil a través de una contraseña y un código temporal, generado por otro sistema.

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