¿Qué tipos de préstamos existen en México?

En muchas ocasiones queremos hacer cosas que requieren dinero del cual no disponemos como hacer un viaje, comprar una casa o un auto, irnos de vacaciones o comprar un buen regalo de cumpleaños. Pero sabemos que en el futuro, dispondremos del dinero para realizar el gasto. Es por esto que existen los préstamos y los créditos. Es una manera de hacer más accesible la adquisición de bienes costosos. 

¿Qué son los préstamos y los créditos?

Seguramente muchas veces hayas escuchado las palabras préstamo y crédito. Ambas son habituales en el mundo de las finanzas, pero no todas las personas saben la diferencia entre ambos. Un préstamo es una suma de dinero que una entidad financiera le otorga por única vez a una persona. La persona que recibe el préstamo deberá devolver esa suma de dinero, más los intereses acordados en un plazo de tiempo determinado. 

En cambio, un crédito o una línea de crédito es una suma de dinero que una entidad financiera pone a disposición de una persona a través, por ejemplo, de una tarjeta de crédito o tarjeta prepaga. 

La diferencia clave está en que, mientras que un préstamo te permite acceder a un monto de una sola vez en el momento de su concesión, un crédito pone a tu disposición una suma de dinero que vos podés gastar a demanda, y devolver únicamente lo que gastas. Puedes usar todo tu crédito de una, una parte o nada, pero solo devolverás el monto gastado más los intereses correspondientes. 

¿Qué tipos de préstamos existen en México?

Los préstamos pueden clasificarse según su finalidad. La finalidad también va a condicionar bastante la cantidad de dinero prestado. 

Por ejemplo: 

  • Hay préstamos productivos, es decir, orientados al comienzo de un emprendimiento o a la realización de una inversión en un emprendimiento ya existente. 
  • También hay préstamos orientados a la financiación de estudios. 
  • Otros préstamos, llamados préstamos personales, se caracterizan por ser créditos abiertos de libre disponibilidad, por lo que no se debe informar a que será destinado. 
  • Otros préstamos son para la compra de un vehículo. En general, estos tienen como condición que el vehículo no podrá ser vendido hasta tanto se devuelva el préstamo.

¿Cómo solicitar un préstamo?

Cada entidad bancaria tiene sus propios requisitos a la hora de conceder un crédito o un préstamo a un cliente, por ende, no hay requisitos universales. Lo bueno es que hoy en día, con el auge del sector fintech, hay muchas stratups y aplicaciones que ofrecen créditos y préstamos con pocos requisitos y sin necesidad de acercarte físicamente a una sucursal, además, te brindan la posibilidad de comprar para encontrar el mejor. El trámite es online y el dinero te es depositado de manera inmediata. Una opción para buscar un préstamo es Alprestamo. Somos un marketplace de productos financieros que facilita el acceso a todo tipo de clientes a los préstamos y productos financieros que están a su alcance, teniendo en cuenta los persones de cada persona.

Consejos a la hora de solicitar un préstamo

Solicitar un préstamo o un crédito nunca debe ser una decisión apresurada, y requiere evaluar el gasto a financiar, tus ingresos y analizar tus opciones de financiamiento para optar por la que mejor se ajuste a tu perfil y necesidad puntual. Algunos de los puntos a tener en cuenta son los siguientes:

  • Siempre, a la hora de encarar un gasto que supera tus ingresos, debes informarte bien y analizar más de una alternativa de pago. 
  • Debes buscar entre medios de pago y alternativas de financiación que tenés disponibles -préstamos o créditos- ,  cuál conviene utilizar para ese gasto puntual.
  • Es fundamental leer bien el contrato antes de decidir y firmar. La famosa letra chica también importa, y muchas veces contiene información muy relevante. Analizar todos los términos y condiciones, las tasas de interés y demás es vital a la hora de pedir dinero prestado. 
  • Otra cosa a tener en cuenta, es el tema del pago de las cuotas y cómo vas a hacer para afrontar eso. Muchas veces nos entusiasmamos con las puertas que podría abrirnos un préstamo o un crédito, sin pensar concretamente cómo haremos para devolver el dinero. ¡Que no te gane la emoción! Hay que pensarlo fríamente.  
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