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Metaverso: una nueva revolución tecnológica anclada en el ecosistema cripto

El metaverso es un mundo virtual que amplía el mundo físico al digital. Se parece a los videojuegos y tiene alguno de sus elementos y estéticas.  Esta réplica de la realidad no solo está pensada para jugar, sino para reproducir muchas de las dinámicas sociales de nuestro día a día como trabajar, socializar y comprar bienes. 

Desde hace muchos años que nos viene interesando el hecho de crear un avatar que se mueva con libertad por distintos espacios físicos. Podemos pensar en el juego de Los Sims, en este el jugador podía crear a un personaje con su propia casa y llevar a cabo una vida normal y ordinaria. También el Second Life fue pionero en esta idea de crear un avatar que se mueve dentro de un entorno virtual y socialice con personas reales que están detrás de otros avatares. 

Lo novedoso del metaverso es que a este concepto de la socialización a través de avatares se le añade la realidad virtual y deja atrás los monitores. Estos proyectos, que tienen a la empresa Meta (ex Facebook) a la vanguardia, buscan implementar las tecnologías digitales más modernas, como los cascos de realidad virtual, para que los usuarios se sumerjan en un mundo virtual y allí interactúen entre ellos. 

El metaverso: su influencia en el ámbito social y económico

Un aspecto fundamental de este nuevo paradigma es la interoperabilidad, es decir, la capacidad de dos o más sistemas para intercambiar información, ya que estará compuesto por diferentes plataformas y lo ideal es que estén interconectadas para que nos podamos mover de una a otra con total libertad. Aquí hablamos de mucho más allá de crear tu propia casa o una familia de avatares, hablamos de desarrollar tu profesión de manera virtual, interactuando con personas reales que estén haciendo lo mismo que tú. De esta manera, podremos socializar y comercializar dentro del metaverso.

Criptomonedas, blockchain y NFTs aplicadas al metaverso

Al tratarse de un universo digital donde los usuarios adquieren productos virtuales y comercializan entre ellos, se busca incluir un sistema de pagos rápido y eficiente. Es aquí donde la blockchain, o cadena de bloques, tiene mucho para dar. Esta es la plataforma descentralizada donde se compran y venden distintas criptomonedas y funciona como un registro de transacciones inalterable. La tecnología blockchain puede facilitar y agilizar las transacciones entre usuarios del metaverso. También, al igual que como ocurre con los cryptogames, cada juego del metaverso puede contar con su propia criptomoneda y así los jugadores la utilizarán como medio de pago para los gatos que implica el juego, como mejorar al avatar, adquirir productos virtuales dentro del juego y demás.

Por otro lado, los NFT, o token no fungible, son parte del ecosistema cripto, aunque estos, a diferencia de las criptomonedas, representan un activo digital único e irrepetible que, gracias a la tecnología blockchain, se puede registrar bajo el IP de un usuario, y así no hay posibilidad de robo o duplicación. Un NFT puede ser desde un archivo musical hasta una pieza de arte digital. Si bien cualquiera puede descargar el archivo en su dispositivo, solo un usuario puede ser el dueño legítimo de este y poseer un activo cuyo valor está determinado por mecanismo de oferta y demanda. 

Ya se están vendiendo terrenos virtuales dentro de juegos que buscan ser parte del metaverso. Los desarrolladores de estos juegos ofrecen tierras para que los usuarios construyan casas, granjas o imperios (depende de la temática del juego) y así comiencen su aventura virtual. Estos terrenos digitales se venden en formato NFT. Muchos inversores han comprado estos activos para especular con un aumento en el valor una vez que el juego se popularice y así venderlos más caros. Aquí nace también una nueva oportunidad de inversión. 

Grandes empresas se unen al metaverso

En resumen, el metaverso es una réplica del mundo real pasado al mundo virtual en el que podremos interactuar con personas y objetos gracias a la realidad virtual. Se puede utilizar para actividades sociales pero también para un desarrollo industrial. De ese modo, no será una plataforma dominada por una o varias empresas sino una suma de espacios interconectados, dentro de los cuales podemos movernos y a los que se podrán unir nuevos universos sin límite. Todas estas opciones y la capacidad de capitalizarlas han hecho que grandes empresas se interesen por este gran avance digital. Un ejemplo es Facebook, la cual recientemente ha cambiado su nombre de “Facebook” a “Meta” en una clara demostración de interés por este nuevo paradigma. 

Las industrias de videojuegos como Sony, Nintendo y Microsoft también se han interesado en este nuevo concepto y pueden hacer grandes aportes para su desarrollo ya que cuentan con una historia de excelencia en cuanto a creación de juegos virtuales innovadores.

Aún falta mucho por explorar para que este proyecto sea concreto, pero podemos estar ante una verdadera revolución de la internet. 

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