Transferencias 3.0

La revolución de las transferencias 3.0 en Argentina

¿Qué son las transferencias 3.0?

La forma de interactuar entre las personas avanza, y de manera muy rápida.
Las nuevas interacciones, signadas por las nuevas tecnologías y la manera en que estas impactan en la vida diaria de los usuarios, no quedan ajenas al modo de relacionarse con el dinero y las transacciones. Es así como surgieron las transferencias 3.0 en Argentina, innovación en un contexto marcado por la mayor adopción de pagos electrónicos y el auge de empresas fintech que disputan la hegemonía en el mercado de los pagos electrónicos.

Las transferencias 3.0 se consolidaron como un actor relevante en la operabilidad con tarjetas, permitiendo un esquema revolucionario, abierto y universal, que permite hacer pagos vía transferencia con cualquier billetera virtual (Mercado Pago, Ualá, Belo, Iudu, Bimo, Naranja X, TAP o Yacaré) o bancaria (BNA+, Cuenta DNI, Ank, BBVA Go, entre otras), con el único requisito de que los teléfonos móviles donde están descargadas esas billeteras, posean lector de códigos QR. Este nuevo ecosistema que creó el Banco Central de la República Argentina, no solo representa una mejora en accesibilidad, eficiencia y seguridad, sino que abre las puertas a una mayor competencia entre los actores del sistema que se disputan la oferta de operar con todas las tarjetas, un ítem muy demandado por los comerciantes.

Esta herramienta se lanzó el 29 de noviembre del año pasado y tiene como premisa permitir a los comercios recibir dinero de forma instantánea, irrevocable y con una de las comisiones más bajas del mercado (siendo del 0,6% a 0,8%). Este sistema fue rápidamente adoptado por los usuarios, superando a menos de un mes de su lanzamiento las 50.000 operaciones diarias. Además de lo anteriormente mencionado, evita el uso del dinero en efectivo, permitiendo así operaciones y acreditaciones de manera más ágil. Esto resulta en una ventaja para los comercios y los usuarios.

De lo físico a lo virtual

Este cambio del dinero en efectivo por operaciones y monedas virtuales se ha incrementado rápidamente en el último tiempo. Parte de las desventajas del “cash” físico resultan en que es poco práctico, resulta propenso al robo y a extravíos, a falsificaciones de los billetes, y a la poca higiene de los mismos. Misma situación ocurre con las tarjetas físicas bancarias.

La incorporación de transferencias 3.0, acompaña este cambio de paradigma de lo físico a lo virtual, que por otro lado, se refleja por parte de los comercios, que por ejemplo, optan cada vez más por los e-shops utilizando medios de pagos digitales. Además de la agilidad de transacciones y la practicidad que incorporan, permiten un intercambio más sustentable. El uso de dinero físico probablemente seguirá existiendo, tal como afirman datos del BCRA donde ocho de cada diez transacciones son vía efectivo, pero lo que es seguro es que la irrupción de la pandemia aceleró las nuevas maneras de transaccionar digitalmente, con la incorporación del comercio electrónico y la adopción de pagos digitales, permitiendo competir con el uso del efectivo.

Un código, múltiples ventajas

Una de las características esenciales de la medida implementada está en la interoperabilidad, la cual permite por parte de los compradores la elección de la billetera o app bancaria de preferencia vía un único código QR. 

Esto resulta una ventaja para los usuarios, ya que en la simplificación de escanear un único código, permite utilizar el medio elegido por los usuarios, lo cual genera que las fintech y empresas financieras generen mayores beneficios para captar nuevos usuarios. Esto permite una mayor competencia entre los actores financieros, y una democratización del sistema, lo cual en última instancia, favorece al comprador y a sus finanzas personales.

Otra ventaja que trae la utilización de transferencia 3.0 es una mayor educación financiera, la cual conlleva a su vez un desafío. Resulta de importancia que el usuario comprenda que puede utilizar su billetera virtual favorita en cualquier comercio, sin limitarse a las tradicionales tarjetas de débito y crédito emitidas por los bancos. Esto, tiene como dificultad la comunicación y educación por parte de los usuarios. Para lograr aumentar la eficacia y simplicidad de los pagos digitales que conlleva la implementación del QR, es importante la visibilización de los beneficios: ser una medida accesible, rápida, eficiente y segura.

A su vez, los comercios se benefician de las ventajas frente a otros medios de pago electrónicos vigentes. Las compras efectuadas con tarjeta de débito demoran 24 horas en acreditarse, y con tarjeta de crédito, ocho a 18 días hábiles dependiendo del tamaño de la empresa: las micro 8 días, medianas en 10 y grandes en 18. Con la implementación del nuevo QR las acreditaciones son casi instantáneas, en solamente 25 segundos.

Esta democratización en la oferta de productos financieros accesibles a todos los usuarios, se traduce en una verdadera inclusión financiera, educando a los usuarios, generando así un acceso más amplio por parte de la sociedad a servicios financieros de calidad.

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