Finalizada la peor sequía en décadas, las consecuencias para la economía argentina no serán pocas y benévolas. En esta nota te contamos cuáles son y cómo pueden impactar en las finanzas públicas y personales de cada persona.
La peor en 60 años
Según los analistas, la sequía en Argentina causada por el efecto de “La Niña” fue la peor en 60 años en el país. Prácticamente no llovió en todo el verano y las temperaturas alcanzaron o incluso superaron varios récords.
La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) coincidió con esta estimación. En un informe publicado en el mes de abril, planteó que la ola de calor entre febrero y marzo de 2023 fue catastrófica para la soja y el maíz, y profundizó los efectos en un escenario climático que ya era considerado el peor en muchas décadas.
El secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, Juan José Bahillo, estimó un daño económico por la sequía de casi 20.000 millones de dólares, una pérdida en la recaudación de un billón (millón de millones) de pesos y del 1% del PBI.
En consonancia con esto, el Fondo Monetario Internacional (FMI) recortó su proyección de crecimiento para el país (de 2% a 0,2%), mientras que los analistas privados estiman que la sequía va a provocar una recesión (PBI negativo en -4%).
Consecuencias
Esto trae serias consecuencias y agrava el panorama económico que Argentina viene arrastrando hace tiempo.
Una de las primeras medidas del gobierno fue salir a ofrecer un tipo de cambio más competitivo para que los agricultores liquiden la soja (300 pesos por tonelada en vez de 240 al oficial). Esto, sin embargo, no es gratis para las arcas públicas, ya que el Banco Central está comprandolos por encima del valor oficial, lo que implica emisión de pesos para eso. Es decir, más inflación a futuro.
A pesar de acumular dólares a precios muy caros, el BCRA también se está quedando sin ellos, ya que el campo es una gran ayuda para las reservas del gobierno en épocas de cosecha. Los 20.000 millones de dólares que dejarán de aportar esta campaña por la sequía también se van a sentir. Esto puede traer consigo más deuda para fortalecer las arcas del banco y/o mayores restricciones a los dólares para importadores.
En el caso de restringir aún más las importaciones, los faltantes en algunos productos podrían empezar a ser moneda corriente, sumado al aumento en el precio que tendrían.
En resumen, la sequía no podría haber sido más inoportuna, y la inflación y la suba del dólar, sumado a la falta de ciertos productos serían las consecuencias más certeras de este fenómeno climático que afecta a un país que depende mucho de sus exportaciones agrícolas.